La nadadora olímpica boliviana, María José Ribera, obtuvo el puesto 28 entre 76 atletas de su categoría en los Juegos Olímpicos de París 2024. Compitió en natación en 50 m. libres y logró el 4º lugar de su grupo con un tiempo de 26″ 7 centésimas, que no fue suficiente para avanzar entre las finalistas.
A los 27 años, ella no sólo es una campeona por esfuerzo propio sino que conquistó un espacio privilegiado en el más grande sueño de un atleta. Su mérito es doble: Atleta y mamá, como pocas, e inspiración para las nuevas generaciones que practican deportes de competición, con disciplina y amor a la superación de sus propios límites.
María José Ribera, finalizando el sueño cumplido, escribió:
«Hoy quiero tomarme un momento para reflexionar sobre el viaje que he recorrido como atleta olímpica y madre. A menudo me preguntan cómo logro equilibrar mis sueños deportivos con la hermosa pero desafiante tarea de ser madre. La verdad es que no hay una respuesta sencilla, pero hay algo que he aprendido en este camino: la pasión y el amor son las fuerzas más poderosas que podemos tener.
A veces, el camino se siente solitario y abrumador. Hay días en los que la fatiga física y emocional parece insuperable».

«Pero en esos momentos difíciles, miro a mi hijo y encuentro la motivación para seguir adelante. Su risa, su curiosidad y su amor incondicional me recuerdan por qué lucho cada día. Entiendo que yo soy su modelo a seguir, el es mi mayor fan y mi razón para nunca rendirme.
Quiero animar a todos ustedes a perseguir sus propios sueños, sin importar cuán lejanos parezcan. No importa si son atletas, artistas o emprendedores, cada uno de nosotros tiene el poder de marcar la diferencia en nuestras vidas y en las vidas de quienes nos rodean».

«A todas las mamás ahí afuera, ¡ustedes son verdaderas guerreras! La forma en que equilibran sus responsabilidades diarias con sus propias pasiones es admirable. Nunca subestimen el impacto positivo que tienen en sus hijos al mostrarles lo importante que es luchar por nuestros sueños.
Quiero que sepan que no hay un camino único hacia el éxito. Cada uno de nosotros tiene su propia historia, sus propias luchas y triunfos. Lo importante es recordar que cada paso cuenta. No importa cuán pequeños sean nuestros logros, lo esencial es avanzar».

«La verdadera competencia se trata de superarse a uno mismo, de dar lo mejor en cada instante y de sentirse orgulloso de representar a tu país
«.
María José Ribera, nadadora olímpica boliviana
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