Aquí el video de la conversación completa:
“Habrá igualdad entre los sexos el día en que veamos mujeres incapaces en cargos de alta responsabilidad” decía Francois Miterrand. No llegó a conocer Bolivia donde la incapacidad en los cargos de alta responsabilidad brilla en quienes los ocupan sin importar el sexo.
Da fe de lo contrario la doctora en economía Amparo Ballivián, una mujer boliviana con una formación y experiencia profesional destacadas en una larga trayectoria en la función pública (viceministra, ministra y presidente de Aduanas de Bolivia a finales de los 90) y en organismos internacionales como el Banco Mundial. Desde 2017, que retornó al país, se dedicó a construir el diagnóstico y las ideas de soluciones a los problemas estructurales que quería proponer desde una oposición democrática y participando en la vida política nacional. En febrero de 2024, publicó su visión general en Bolivia de otro modo y las propuestas alternativas junto a una serie de soluciones por temas, que va actualizando junto a los equipos especialistas que aportan sus análisis y estudios.

Amparo Ballivián en 15 ideas.
Boliviana nacida en el norte argentino, como millones de bolivianos en el mundo.
Es doctora en econometría y máster en economía matemática. En el campo privado, trabajó en el Banco Mundial en apoyo a la microempresa, comercio internacional, mercados de capitales, análisis de pobreza y, en los últimos cinco años de su carrera en esa organización, en materia de innovación de datos, liderando los grupos de trabajo de Open Data y de Big Data del Banco Mundial.
El desastre económico e institucional la decidió a participar en política en febrero de 2024: «Tengo la salud, la edad, la experiencia y la formación para ponerle el hombro a mi país como lo he estado haciendo».
«Hay una carencia de liderazgos femeninos en la política, en la economía, lo que también me motiva a entrar al ruedo político para dar ejemplo y que se animen otras mujeres también».
«Veo por lo menos tres mujeres jóvenes en el Congreso dispuestas a arremangarse y entrar en la batalla política, que es muy dura, muy sucia, muy fea, pero es necesaria para no dejar el espacio libre a los «malos».
«No me ofende que me copien porque la imitación es el halago más grande que se puede hacer a una persona».
«A diferencia del pasado, en esta oportunidad, por primera vez desde que yo tengo uso de razón, es el pueblo que va a elegir al candidato único de oposición, no nosotros a puertas cerradas».
«Entre los precandidatos tenemos elementos comunes pero cada uno su propia propuesta y una vez definida la candidatura se trabajará en una sola propuesta también pero todos queremos un Estado más pequeño, una economía de mercado, apertura de fronteras, eliminar restricciones a las importaciones y las exportaciones, recuperar la democracia, estabilizar la economía. Algunos quieren eliminar los bonos sociales, yo más bien los quiero profundizar».
«Mi propuesta es cerrar o transferir a los trabajadores, en caso que quieran, todas las empresas públicas deficitarias. No veo por qué los ciudadanos debamos estar financiando con nuestros impuestos empresas que están en quiebra».
«Quiero la industrialización de Bolivia y que estas industrias sean privadas».
«En enero de 2006 Evo Morales recibió todo hecho, luego de décadas de gasoductos construidos, reservas, contratos firmados con Brasil y Argentina e impuestos altos. Todo lo que tenía que hacer era administrar bien y lo que hicieron fue derrochar literalmente la plata».
«El ejemplo de Venezuela es clarísimo, hoy no serían tantos los países que reconocen la victoria de Edmundo González Urrutia de no haber sido por un ejército de comanditos que hicieron un estricto control electoral y lograron el 83% de las actas. Debemos hacer algo similar».
«He tratado de visitar a Luis Fernando Camacho desde hace seis meses y no me lo han permitido. También quiero visitar a Jeanine Añez y a Marco Antonio Pumari».
«El bloque está abierto a otros precandidatos y a otras fuerzas políticas, sean regionales, cívicas, sociales».
«Todavía no se ha decidido la modalidad de nominación del candidato a vicepresidente pero yo me inclino a elegir al candidato a presidente y darle la libertad de elegir a su acompañante de fórmula. En mi caso, he pensado en un acompañante varón, del Oriente boliviano y joven».
Por Gabriela Ichaso.
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