Por José Luis Roca
En Santa Cruz el voseo tiene características propias y frecuentemente lo alternamos con usted, para expresa la relación de afecto cercano como, por ejemplo, entre marido y mujer que se tratan de usted y no de vos, e igualmente los padres le dicen usted a su hijo y no es raro oír que el hijo le diga vos al padre y a la madre. Para agotar todas las características del uso del voseo en Santa Cruz, se requiere un trabajo especial que será abordado en otra ocasión. Lo que no es admisible en el habla cruceña es el uso del tú en ninguna relación y es sentido como algo ajeno y forzado. En la forma escrita cuando no se quiere usar el vos, se usa el usted con lo que el pseudo dilema queda resuelto.
«…hay en español tres formas perfectamente permitidas de comunicarse con sus semejantes. La primera y más protocolar, que no está en discusión porque se usa, generalmente bien es el usted, abreviación de vuestra merced. La segunda, algo menos ceremoniosa que la primera pero bastante más que la última, es el vos, la tercera es el tú. Estos tres matices y sus respectivas categorías se advierten leyendo atentamente El Quijote… Imagino la impresión que ese eufónico arcaísmo causaría en otros países porquee recuerdo que una vez, eón España, hallándome con una amiga madrileña al pie del ascensor, le pregunté: ¿vos subís? Oye tú, me contestó asombrada y risueña, ¿por qué tanta ceremonia?… Pensó sin duda que procedía yo de un milagroso rincón del mundo donde todavía se sigue hablando, en lo esencial, como hablaba Cervantes…» (Margarita Abella Caprile, 1943 y citada por Norma Carricaburo, pág. 68)
La publicidad de los medios de comunicación, sobre todo televisivo y radial, que intenta cambiar las formas de uso del vos en el habla cruceña, lo único que consigue es afianzar más la forma primigenia y natural del voseo y en algunos casos el común de la gente no entiende lo que lee. «Ven y haz tu inscripción…» La fórmula más clara sería: «Venga y haga su inscripción…» Sin embargo, los cruceños están permitiendo que se piense que es «incorrecto» decir: «Vení y hace tu inscripción…», tal como habla la gente de Santa Cruz y que debería ser la fórmula preferida.
Si perdemos nuestra forma de hablar, por imposiciones pseudo intelectuales o académicas o por presión que viene de fuera, estamos resignándonos a perder lo más valioso de la identidad de un pueblo, que es precisamente nuestra forma de hablar, nuestra habla dialectal que define nuestra personalidad.
Características del habla cruceña: Voseo en el habla cruceña
El cruceño vosea, probablemente desde el siglo XVII (cuando se da el asentamiento definitivo de la ciudad donde se encuentra actualmente, 1621) y aún en la etapa fundacional desde 1561. No hay ningún indicio que pueda llevarnos a pensar que hubo tuteo, en ninguna etapa, precisamente porque esta forma de trato pronominal se instaló en las ciudades que eran cabezas virreinales o costeras, y que tenían más importancia comercial o política (tal vez con la excepción de Buenos Aires que tenía en el siglo XVI y XVII menos actividad que Asunción). El tuteo era la manera de referirse a la segunda persona y que en la Península era la fórmula que había desplazado al vos que era considerado afectado o muy conservador, además que estaba destinado a ciertas personas que tenían mayor importancia civil o eclesiástica, además de la nobleza que seguía usando el vos en la Península.
En Santa Cruz de la Sierra, el voseo debía ser general precisamente porque quedó alejado de ese intercambio con la metrópoli y por el contrario, en los lugares donde había influencia política del Imperio y de acuerdo e importancia que tenían los asentamientos, se modificaba costumbres, y sobre todo influía en la forma de hablar.
Así lo escribió Ramón Menéndez Pidal: «La varia comunicación de los dominios coloniales con la metrópoli, así como el carácter de vida comercial, agrícola o urbana nos explica la repartición de los varios tipos de habla hispanoamericana » (Sevilla frente a Madrid. Algunas precisiones sobre el español de América, 1962: 165)
Es probable que el siglo XVII los cruceños hicieran un mestizaje variado y fuerte en la sangre y en la lengua, ya que la presencia peninsular y sus hijos mestizos, debió haber producido una forma de hablar propia ya que el castellano, el guaraní y el chiquitano tenían una presencia muy fuerte entre los pobladores en aquel tiempo, sobre en las mujeres nativas que era quienes cuidaban de los hijos mestizos que iban naciendo y por esa razón es probable que el primer idioma que adquirían era el materno y luego probablemente después se convertían en bilingües.
En el curso del siglo XVIII el habla de los cruceños se fue acomodando y adecuando en la población blanca y mestiza a la matriz principal que era el castellano, y los nativos, sobre todo mujeres, es posible que hubieran mantenido su propia lengua hasta el siglo XIX y aún después pero gradualmente toda la población se convirtió en bilingüe o abandonó su lengua nativa. Sin embargo el mestizaje en el léxico se instaló y se quedó hasta nuestros días con la riqueza que sigue manteniendo.
No hay señales de que el voseo pueda desaparecer en el habla cruceña; por el contrario, lo que podría ocurrir es el fenómeno inverso ya que es más visible que los tuteantes que no pertenecen a nuestra nación lingüística, cuando se quedan a vivir aquí y tienen hijos, son voseantes cuando comienzan a ir a la escuela o aprenden nuestra forma de hablar en la calle, con sus amigos.
Este fenómeno morfosintáctico tiene importancia e interés en el habla cruceña, ya que es un rasgo gramatical de uso general desde el siglo XVII y no ha sufrido variación ni en el tiempo ni en distintas zonas subdialectales del habla cruceña, ni tampoco se ha modificado con el nivel sociocultural del hablante. Recordemos, por otro lado, que dos terceras partes de los hispanohablantes lo usan y el voseo no existe en el habla peninsular actual, salvo en el habla canaria.
Todas las zonas dialectales del habla cruceña son voseantes, sin excepción, aunque en las zonas 2 y 3 se presenta el voseo con una complementación verbal diptongada. Vos tienes, en vez de vos tenés, diferenciadas de las otras tres zonas, aunque hay que resaltar que aún en estas dos zonas se alterna la diptongación con la monoptongación verbal, es decir, que a veces dicen vos tienes pero también usan vos tenés como forma de expresión, cosa que no sucede en las otras tres zonas dialectales que usan el modelo vos tenés, sin excepción. Sin embargo, hay que hacer notar que la mayoría de los escritores de nuestro medio se desprende del habla cruceña, de la manera propia de expresarse y hacen un supremo esfuerzo para tender el puente con el habla de España, con apoyo en los dictados académicos, tratando, vanamente, de mejorar su elegancia y estilo, cosa que no se consigue por esta vía.
Es común ver estilos híbridos y entremezclados que en una novela hablan de manera contradictoria usando un lenguaje que no corresponde al personaje de ficción. Esto se debe a la idea equivocada de que el habla académica, llamada estándar es la única forma de expresarse, perdiendo el autor, de esta manera, la espontaneidad necesaria para dar vida a los personajes de ficción con el habla propia que se usa en la vida cotidiana.
En 1963, se publica El escritor y sus fantasmas, de Ernesto Sábato y escribe: «…el voseo está hecho sangre y carne en nuestro pueblo, y no solo de las capas inferiores de la sociedad, como menospreciativamente dice el profesor Castro, sino en la casi totalidad de nuestro pueblo. ¿Cómo no emplearlo en nuestra novelas y nuestro teatro? El autor de ficciones no debe sacrificar jamás la verdad profunda de su circunstancia y el lenguaje que debe emplear es el lenguaje en que su gente ha nacido, ha sufrido, ha gritado en momentos de desesperación o de muerte, ha dicho palabras supremas de amistad o de amor, ha mezclado con sus risas o sus lágrimas, con sus desventuras y esperanzas… es el lenguaje que mamamos en nuestra infancia y el que estuvo entrañablemente unido a nuestros juegos…» (citado por Norma Carricaburo, pág. 73)
La escritora Beatriz Guido dice al respecto: «…el uso del tú me parecía tan absurdo como si de pronto me dijeran que tengo que escribir en otro idioma… el tú me parece una forma impostada que utilizan algunos buenos escritores». Esta autora no cree que por ser fiel a su realidad lingüística un escritor perdería su universalidad, al contrario, quien usa las formas lingüísticas ajenas a la idiosincracia de los personajes literarios, le quita atractivo a los relatos.
En este tema creo que no vale la pena engendrar ni innecesarios regionalismos ni tampoco complejos de inferioridad que no debemos tener ni admitir. Somos como queremos ser, como siempre fuimos, hablamos y escribimos como queremos hacerlo sin imposiciones de nadie. Es penoso ver cómo algunos escritores hablan de una manera y escriben de otra.
Las modificaciones de la lengua siempre estarán presentes pero son paulatinas y emergen de abajo hacia arriba y no como quiere creerse que la forma de hablar o escribir depende de los dictados de la Real Academia de la Lengua.
Cada pueblo elabora una lengua diferente y sus matices fonéticos y sintácticos así como el léxico son consecuencia inevitable de su historia, su geografía, su raza, hasta el clima y el color de sus pájaros (por ejemplo, decimos que el sayubú es azulingo), y no hay que aceptar que voseo y otras formas de expresión del habla cruceña sea tomada como solecismos, ya que hemos visto que gran parte de los cuatrocientos millones de hispanohablantes son voseantes y tienen formas diferenciadas de hablar y la tendencia al voseo va creciendo.
Los medios de comunicación que utilicen las formas auténticas del habla de la región desde donde se emite, siempre serán más auténticos, más creíbles y más eufónicos para sus principales destinatarios locales. Esta actitud bien entendida será una forma útil y saludable para mantener una unidad lingüística que le dará uniformidad en lo fundamental. Decir tú tenés, vos tienes, vos sabes o tú sabés, lo único que muestra es falta de madurez lingüística pero también puede ser un síntoma de que hay cambios que se están produciendo.
El voseo en el habla cruceña (zona 1, 4, 5) lo usamos monoptongado y cuando no queremos «pelarle» usamos el «usted» y se acaban las confusiones. Vos tenés o usted tiene.
El voseo es la forma de trato de confianza y no existe ningún tipo de alternancia o contraste con el tú, que no pertenece al habla cruceña. Sin embargo hay que hacer notar que a pesar de la confianza o cercanía afectiva es posible que el vos se cambie con el usted, pero jamás con el tú, ajeno al habla cruceña como ya se indicó.
El único tuteo que usamos en el habla cruceña se queda circunscrito al tuteo religioso como ha hecho notar Muñoz García, ya que cuando decimos una oración destinada a Dios, la Virgen y Los Santos la fórmula es el tuteo y no el voseo.
El voseo pertenece al habla general, sin embargo tiene características particulares que no es posible analizar en detalle en un trabajo de estas características, ya que son muchas variantes y aplicaciones que habría que abordar para hacer un trabajo que aclare todos los aspectos que tiene el uso de este tema fundamental del habla dialectal cruceña.
Sin embargo, está claro que el habla tradicional cruceña y el uso del léxico tan rico de nuestra tradición lingüística, tiene actualmente una fuerte tendencia al cambio. La forma tradicional de hablar sólo es posible escucharla a plenitud en las fraternidades de cruceños de más de 50 años o en los encuentros de grupos de cruceños de familias de viejo abolengo que han pasado de los 40 años y en esas ocasiones es cuando se habla el dialecto cruceño lleno de sabor, color y nostalgia.
Además, de la fonética, la morfología, la sintaxis y otra cantidad de aspectos lingüísticos, el habla cruceña es muy rica, y sus aspectos diferenciados son variados y requieren de un trabajo específico para examinarlos de manera precisa y detallada, pero baste este señalamiento para que el lector sepa, o recuerde que nuestra forma de hablar tiene aspectos diferenciados que le da un sello inconfundible al habla cruceña, tal como sucede con la mayoría de las regiones que componen las variadas formas dialectales de la comunidad hispánica.
El voseo es el uso del pronombre vos y/o sus formas verbales para segunda persona singular familiar, y presenta un gran interés, ya que es prácticamente el único rasgo gramatical del español americano de vasta extensión, que no existe en el español peninsular actual.
El paradigma pronominal es vos, mientras las formas verbales son las siguientes:

Fuente. Luis Alberto Roca: «Breve historia del habla cruceña y su mestizaje». Editorial El País, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, 2007. (Librería Ateneo)
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