La segunda parte del primer debate presidencial rumbo a las elecciones generales del 17 de agosto en Bolivia, a través de las plataformas de la Red Uno y en el que participaron Samuel Doria Medina, Tuto Quiroga, Manfred Reyes Villa, Eduardo del Castillo y Jhonny Fernández, giró en torno a cuatro rondas de preguntas y respuestas cruzadas entre los candidatos. Nadie preguntó a Jhonny Fernández.

A la pregunta del alcalde cruceño, respondió Samuel Doria Medina que mantendrá los bonos sociales y ampliará el Juancito Pinto a la educación preescolar, manteniendo la política de austeridad que coincide con la propuesta por Tuto Quiroga. Jhonny Fernández dice que disminuirá el gasto público pero aumentará el 10% de los bonos, un contrasentido, y coincide con Del Castillo en la legalización de los vehículos sin documentos legales.

Tuto Quiroga insistió a Eduardo Del Castillo sobre si el contrato del litio seguirá intentándose aprobar en la presente gestión o se diferirá al siguiente gobierno para tomar en cuenta las demandas de Potosí y Oruro que no están de acuerdo con el mismo. El candidato del MAS reiteró que el 11% de las regalías del litio serán para cada departamento productor y se creará un Impuesto Directo al Litio para el resto del país.

La primera vez que se mencionó a Andrónico Rodríguez a una hora y media de iniciado el debate. Doria Medina dijo que su pregunta iba dirigida a él pero como no fue, se la trasladaba al candidato del MAS acerca de los 100.000 millones de bolivianos transferidos por el Banco Central de Bolivia a 70 empresas públicas creadas por la gestión del partido de gobierno, de las cuales 65 son deficitarias. Eduardo del Castillo quiso retrucar citando cifras de ENDE, YPFB, BoA, Gestora, sin responder a la situación de endeudamiento con la entidad financiera estatal nacional y por qué, entonces, hay crisis económica.

Manfred preguntó a Samuel por qué dice que no es político si ha sido seis veces candidato presidencial y aunque no ganó, lo es. Doria Medina le recordó que el político vive del Estado, como el varias veces alcalde y ex gobernador de Cochabamba, y no se hace cargo de los fracasos como el tema de la basura en la capital cochabambina (responsabilidad del burgomaestre) mientras que su trabajo se fundamenta en la empresa privada como en la industria cementera, la industria alimentaria, la industria hotelera, la inversión inmobiliaria, todas nacionales.

Manfred, al igual que Del Castillo, apuntaron a Doria Medina y el gobierno de transición. Aclaró, una vez más, que no fue parte del mismo y que si lo hubiera sido ya el ex ministro de Gobierno del MAS lo hubiera metido preso «como a todos los que han sido parte de ese gobierno», puntualizó. Del Castillo fue más allá y nombro como integrantes del partido Unidad Nacional, sigla fundada por el empresario, a Marcel Rivas, Marcelo Navajas, Jaime Navarro, Wilson Santamaría, Manuel Suárez, José Gabriel Espinoza. Todos ellos, según Doria Medina, han sido servidores públicos por sí mismos no por él.

Tuto Quiroga introdujo el tema de la economía circular, la economía sostenible y, dirigiéndose a Manfred, puso el ejemplo de Cochabamba donde existen emprendimientos de reciclaje y transformación del plástico que no ha sido tomada en cuenta en un tema crucial: los residuos inorgánicos.

A su vez, Manfred desempolvó datos económicos de la gestión de Tuto Quiroga como ministro en la década de los 90 cuando el precio del gas se desplomó y durante su presidencia cuando el crecimiento económico fue mínimo. Quiroga recordó la «media década perdida» en América Latina y a pesar de la cual se realizaron las políticas, como la condonación de toda la deuda externa, el traspaso de 10.000 maestros bilingües a los municipios e ítems de salud, que consideró adecuadas para salir adelante.

Del Castillo preguntó a Reyes Villa sobre su propuesta de dejar atrás el Estado Plurinacional para retornar a la República de Bolivia, a lo que el alcalde cochabambino planteó un referéndum de consulta popular para el efecto, indicando que la Constitución anterior contenía los conceptos multicultural y pluriétnico, y el discurso del MAS se apropio de reivindicaciones de los pueblos indígenas que están molestos por haber sido utilizados y continuar abandonados en la pobreza.

Los ataques en torno al gobierno de transición provinieron del MAS y Sumate, basicamente, y la ex presidente fue mencionada más veces que Evo Morales; se extrañó el silencio en torno a temas que afectan a la economía y que son gravitantes: la situación de prófugo de la justicia del investigado por pedofilia y trata de personas (exceptuando la manifestación fehaciente de Manfred Reyes Villa de detener al líder cocalero), los bloqueos, los ataques a la población civil por grupos armados, el contrabando, la economía informal, la incidencia del tráfico de estupefacientes, la marginación del país en los proyectos bioceánicos.

La retórica alrededor de la gestión pública giró en torno al desempeño y los datos de los años 90 y principios de la primera década de los 2000, época en la que todos los candidatos (excepto Del Castillo) ya habían pasado por la administración del Estado. El ex ministro de Gobierno aprovechó cada intervención para sacar al espectador y a los presidenciables del presente de crisis económica y retrotraerlos al pasado previo al MAS. Doria Medina rompió la situación planteando preguntas sobre el presente económico del Estado y la continuidad del modelo fracasado en caso de seguir el MAS; Tuto Quiroga eligió concentrarse en preguntas cuyas respuestas fueran parte de su programa de gobierno, intentando ganar adhesión del interrogado.

El candidato que recibió más preguntas de los demás participantes fue el representante de la alianza Unidad.

Reglamento del debate

La Red Uno de Bolivia fue la anfitriona del primer debate presidencial hacia las elecciones presidenciales y parlamentarias del 17 de agosto en el país. El formato elegido por Uno Decide fue: Todos preguntan, todos responden.

La dinámica del debate establecida por los organizadores fijó un módulo sobre economía (cada uno con tres minutos de exposición, 15 segundos para candidato para preguntar y 45 segundos para el expositor para responder; 30 segundos de réplica y 30 segundos de dúplica). También cuatro rondas de temas libres, con preguntas, respuestas, réplicas y dúplicas, que revisaremos en la edición de mañana.

La ubicación de los atriles, el orden de intervención y las rondas de preguntas fueron definidas mediante sorteo notariado con presencia de los delegados de cada frente político.

Cada candidato dispuso de un minuto libre para presentarse y otro minutos para el cierre, desde el centro del escenario.

Por Gabriela Ichaso.


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