Inteligentes pero frágiles

La evolución nos regaló un cerebro capaz de imaginar, crear y recordar. Pero en esa misma expansión germinó la ansiedad, la tristeza y la culpa. La ciencia revela que nuestras vulnerabilidades mentales podrían ser herencias de la adaptación: la paradoja de una especie que se salvó gracias a su mente y hoy sufre por ella.