Lo mejor del foro de presidenciables en la CAINCO, realizado el jueves 17 de julio en Santa Cruz de la Sierra, fue la joven Solange Sardan y su batacazo de 5 minutos, desnudando la situación laboral de los jóvenes en Bolivia y su desconexión generacional por la falta de vinculación entre la formación terciaria y las necesidades productivas.

La economista, especialista en mercados laborales y protección social, tiene una maestría en políticas públicas de la London School of Economics y otra en economía del comportamiento; trabajó como consultora en el Banco Interamericano de Desarrollo en Bolivia y actualmente trabaja en una empresa chilena que diseña soluciones para el desafío del trabajo en América Latina.

Su exposición fue un golpe fantástico de realidad al sistema educativo boliviano, a la ley general del trabajo y a las políticas públicas educativas.

Apenas algunos de los datos de los muchos que mostró: Más del 55% de la población boliviana tiene menos de 25 años. Uno de cada 10 jóvenes (15 a 24 años) no estudia ni trabaja; 52% de los jóvenes con educación terciaria trabajan en «empleos» de baja calificación y 3 de cada 100 estudiantes aprueban matemática y química. El 90% de los jóvenes trabaja en la informalidad, sin contrato, sin seguro, sin estabilidad.

«Somos la generación más formada, más conectada y más informal, la que más obstáculos tiene que enfrentar. No nos digan que van a ayudar a los jóvenes: dígannos cómo lo van a hacer, con quiénes, con qué recursos y cuándo; porque el futuro no se hereda, se construye».

Aplausos para Solange.

Por Gabriela Ichaso.


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